sábado, 20 de diciembre de 2008

La importancia del Rh en las embarazadas

El Rh importa, y mucho. Cuando la madre y el futuro bebé tienen el mismo Rh, no pasa nada y todo el mundo puede respirar tranquilo, pero si la madre es Rh negativo y el niño Rh positivo, ahí pueden empezar los problemas.

1.¿Qué es el Rh?

Tal como vimos en este artículo, es uno de los sistemas de antígenos presentes en los glóbulos rojos para que el cuerpo reconozca si esa sangre es “propia” o ajena. Nos podemos imaginar un glóbulo rojo con unas bolitas adosadas ( los antígenos) ; si una persona recibe una transfusión, los glóbulos rojos de la sangre que se transfunde entran en el cuerpo y el sistema inmune ( los glóbulos blancos de Érase una vez la vida) empieza a espiar y mirar las bolitas que llevan adosadas. Si son las mismas, se quedan tranquilos; si no, empiezan a atacar a esos glóbulos rojos, porque son “invasores”. En el artículo anterior hablamos del sistema AB0 y en esta ocasión hablamos del sistema Rh, que tiene algunas particularidades.

El sistema Rh se llama así porque se descubrió experimentando con monos Rhesus. Depende de un antígeno, el antígeno D. Si éste está presente, la persona tiene sangre Rh positiva, si no, Rh negativa. Volviendo al ejemplo anterior, quien tenga el antigeno D, tendrá Rh positivo y los glóbulos rojos llevarán esas bolitas imaginarias; si no tiene antígeno D, es Rh negativo y los glóbulos rojos no llevarán bolitas. Si le transfundimos sangre Rh negativa a alguien con sangre Rh positiva, NO PASARÁ NADA. La lógica nos dice que esos glóbulos rojos son distintos, ¡no tienen bolitas!, así que deberían ser detectados como invasores, ¿no? Pues bien, ahí hay truco: el sistema inmune reconoce los antígenos diferente, no la ausencia de antígeno. Recordemos: en el caso de los grupos AB0 la sangre 0 podía tranfundírsele a cualquiera porque no tiene antígenos pero a alguien con sangre A no se le podía transfundir sangre B porque los antígenos son diferentes. Aquí pasa lo mismo, no hay antígeno, no hay bolitas, así que el sistema inmune no se entera de que ha habido una transfusión.

2.¿Qué importancia tiene en un embarazo?

En el caso de un embarazo, el grupo Rh es importantísimo. Cuando una mujer se queda embarazada hay un paso de sangre de la madre al feto y viceversa a través de la placenta a partir de la semana 28 de embarazo. Imaginemos que por azar genético, la madre es Rh negativo y el bebé Rh positivo. En un primer embarazo no ocurre nada, los anticuerpos se crean muy lentamente y no da tiempo a que actúen y ataquen a los antígenos ( las dichosas bolitas)y no hay exposición suficiente a esos glóbulos rojos con antígeno D, exposición que sí se dará a lo bestia en el momento del parto. El problema vendrá en sucesivos embarazos o si ha habido abortos, habiendo un mayor contacto entre la sangre del feto y la madre. Si en el siguiente embarazo el feto tiene Rh positivo, el sistema inmune materno atacará, ya que ahora tiene todo un regimiento de anticuerpos, entrenados específicamente para plantar cara al enemigo, anticuerpos que atraviesan la placenta, atacando a los glóbulos rojos del feto y éste mismo. La consecuencia: eritroblastosis fetal, una enfermedad en la que el bebé presenta anemia, un crecimiento desmesurado del hígado (hepatomegalia) o del bazo (esplenomegalia), hinchazón generalizada y un color amarillento (ictericia).



3.¿Hay algún modo de evitar esto?

Sí. A las embarazadas se les toma una muestra de sangre para comprobar su Rh y realizar un test llamado Coombs Indirecto, que permite comprobar si se están formando anticuerpos contra los antígenos de los glóbulos rojos del feto. Si se comprueba que hay anticuerpos en una mujer Rh negativo, sabemos que el futuro bebé tiene Rh positivo y puede haber problemas.

4. ¿Cómo se resuelve esto?

Como sabemos que los anticuerpos tardan un tiempo en formarse (hasta la 28 semana de embarazo no hay contacto entre los glóbulos rojos de la madre y los del feto, aparte de formarse muy lentamente), se recurre a un método sencillo: administrar a la embarazada inmunoglobulina anti D, es decir, anticuerpos ya fabricados, de manera que la madre no los fabrique. Estos anticuerpos no atacan al bebé al no atravesar la placenta por ser grandecitos,tan sólo "eliminan" los glóbulos rojos del feto que pasen a la madre con ese antígeno D, esas bolitas que hacen que se les identifique como invasores. Al no fabricar anticuerpos contra ese antígeno, el sistema inmune de la madre se "olvida" del tema y en sucesivos embarazos, siguiendo esta sencilla precaución, no se da la temida eritroblastosis fetal.

Como nota interesante, a toda futura mamá con Rh negativo se le debe aplicar la gammaglobulina anti-D en la semana 28 del embarazo y una segunda dosis "de recuerdo" en el momento del parto, independientemente del Rh de su pareja. ¿Por qué? Porque su pareja puede o no ser el padre de la criatura y en vez de andarnos con preguntas incómodas y comprobaciones, se le pone la gammaglobulina anti-D y así nos curamos en salud.




jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Por qué son importantes los grupos sanguíneos y qué ocurre si al hacer una transfusión no los respetamos?

Recuerdo cuando estudié en la clase el tema de los grupos sanguíneos. Interesante e importante, y sin embargo desconocido por mucha gente. Pensaba que era algo bastante conocido, pero me voy dando cuenta de que poca gente conoce las compatibilidades para las trasfusiones y, por ejemplo cuál, es su grupo sanguíneo.


Un antígeno es una “sustancia que, introducida en un organismo animal, da lugar a reacciones de defensa, tales como la formación de anticuerpos”.


Para distinguir los diferentes tipos de sangre, hay que fijarse principalmente en los antígenos A y B, y en los antígenos del factor Rh (todos ellos son algunos antígenos que la sangre de una persona puede tener, antígenos que están siempre presentes).


Dejemos de momento el factor Rh de lado y centrémonos en los antígenos A y B. En la actualidad se clasifica la sangre fundamentalmente en grupos que tengan el antígeno A, o el B o ambos. Todos tenemos en las membranas de nuestros glóbulos rojos una serie de elementos que “reconocen” qué sustancias o elementos son “nuestras” y cuáles son “extrañas”. Esto no es único y exclusivo de los glóbulos rojos, pero en este artículo nos centraremos en ellos y en qué ocurre cuando llega un “extraño”.


¿Por qué es importante esta clasificación hecha de este modo?


La clave está en que las personas cuya sangre no tienen alguno de estos antígenos, si reciben sangre de personas que sí los tienen, sufren una reacción de defensa ante ellos. Si a una persona que tiene el antígeno A le metemos sangre cuyos glóbulos rojos tienen antígeno B, los glóbulos rojos de la persona notan que “hay un extraño aquí” y empieza el mecanismo de defensa y rechazo. ¿Y qué pasa si la persona no tiene ningún antígeno en la membrana de sus glóbulos rojos? Que es del grupo 0 y cualquier transfusión de sangre que no sea de su mismo grupo hace que se desencadene el mecanismo de defensa y rechazo. ¿Y si es del grupo A, B o AB y recibe sangre tipo 0? No pasa nada porque recibe unos glóbulos rojos sin antígeno alguno, con lo que “ni se cosca” de que hay un extraño en el organismo. Teniendo esto en cuenta, será muy fácil acordarse de las compatibilidades para una trasfusión.


Resumiendo: existe el tipo de sangre A que tiene el antígeno A, el tipo B (la que tiene el antígeno B), el tipo AB (la que tiene ambos antígenos) y el tipo O (la que no tiene ningún antígeno). Así nos quedan los grupos A, B, AB y O.


Luego está el factor Rh, que puede ser positivo o negativo (+-). El factor Rh positivo implica que en la sangre hay otros antígenos además de los mencionados anteriormente, importantes también para que una sangre sea compatible con otra o no. Si el Rh de una sangre es negativo, dichos antígenos adicionales no se encuentran presentes. Ocurre por lo tanto lo mismo que con los antígenos anteriores. Una persona que no tenga los antígenos del factor Rh (sangre Rh-), si recibe sangre de otra persona que si tiene estos antígenos, se defenderá de los mismos. Sin embargo, una persona con factor Rh + (o sea con dichos antígenos), puede recibir sangre de otra cuya sangre no los tenga. Simplemente no se enfrenta a un antígeno extraño, como sucedía al hacer la trasfusión con sangre que no fuera compatible.


Cada grupo anterior puede ir con un Rh positivo o negativo, quedando así el doble de tipos de sangre: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, O+ y O-.


Los que tienen Rh – (no tienen los antígenos del factor Rh), pueden donar a los que sí los tienen, pero no al revés. Los que no tienen antígenos A ni B (Grupo 0), pueden donar a los que sí los tienen, pero no al revés. Así una persona que no tenga ninguno de estos antígenos en su sangre puede donar a todos los demás, ya que no añade ningún antígeno a la sangre de los otros que provoque una reacción de defensa en su organismo. Así es que los del grupo O- pueden donar al resto. Por eso se la llama “la sangre universal”, porque vale para todos. Sin embargo sólo pueden recibir sangre de la gente de su mismo grupo sanguíneo, ya que cualquier otro tipo de sangre añadiría antígenos nuevos que provocarían la reacción de defensa. Así, los del grupo AB+ pueden recibir sangre de todo el mundo, ya que ningún grupo tiene antígenos que no tenga ya. Pero ellos sólo pueden donar sangre a la gente con su mismo tipo de sangre.


Aquí podemos ver una tabla con las compatibilidades…


¿Qué pasa si nos confundimos y hacemos una trasfusión de un tipo a otro no compatible?

A nivel microscópico, se produce la aglutinación de los glóbulos rojos al enfrentarse a glóbulos con distinto antígeno y activarse los anticuerpos en la reacción de defensa. Es decir, los glóbulos rojos se apelotonan, forman conglomerados y dejan de realizar su función.

A nivel macroscópico, se da una reacción ante la transfusión, con síntomas como escalofríos, fiebre, erupciones, dolor de costado, mareos y hematuria (sangre en la orina).

Esto es todo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Las nubes no son vapor de agua

Sabías qué.....Un error muy común entre personas de cualquier edad (y que a veces deja su huella en los libros de primaria) es pensar que las nubes son vapor de agua. Una nube tampoco es un lago de agua líquida. Entonces, ¿qué es?

El aire caliente, cercano al suelo, tiende a subir. Se suele hablar de burbujas de aire caliente y húmedo en ascenso. Este fenómeno es observable en verano, cuando vemos algunas aves subir sin mover las alas, puesto que aprovechan esta corriente ascendente. Esta burbuja llevan consigo vapor de agua que se encuentra con zonas más frías y, si la atmósfera es inestable, se condensan en pequeñas gotitas, formando la nube. Estas gotitas son posibles gracias a los denominados núcleos de condensación, pequeñas partículas de polvo o suciedad (arena, ceniza, etc.).

La precipitación (agua, nieve o granizo) se producirá si la nube tienen la suficiente cantidad de agua como para vencer gravitatoriamente a la corriente ascendente de aire caliente. El tamaño medio de una gota de condensación es de unos 0,02 mm, el de una gota de lluvia será de 2 mm, cien veces mayor.

¿Quieres condensar el vapor de agua en casa?

Bueno, lo hacemos cada vez que nos duchamos en invierno. Miren el espejo, así de sencillo. Pero hay una forma más bonita. Agarren la tapa de un frasco y echen unos granos de sal gruesa. A continuación introduzcan la tapa en un plato hondo que tendrá agua y tapen todo con otro plato de las mismas características (si es transparente mejor). Déjenlo unas tres o cuatro horas cerrado y verán que el agua se condensa sobre los granos de sal, ya que éstos hacen las veces de núcleos de condensación. Si lo dejan más tiempo podrán ver que las gotas se hacen más y más grande, sería análogo a lo que ocurre en una nube antes de la precipitación.



Clasificación de nubes

El asunto de la clasificación de nubes es tremendamente complejo, debido a que existen gran variedad de ellas. En todo caso se pueden hacer diversas clasificaciones atendiendo a distintos parámetros: origen, altura, forma, naturaleza o movilidad.

Por su origen:
-Frontales
-Orográficas
-Convectivas

Por su altura (nivel o pisos):
-Altas (de 7000 m a 1200 m de altura)
-Medias (de 2000 m a 7000 m de altura)
-Bajas (no superan los 2000 m de altura)
-De desarrollo vertical (ocupan varios pisos)

Por su naturaleza:
-Naturales
-Artificiales
-Mixtas

Por su forma:
-Cirrus
-Stratus
-Cumuus
-Nimbus

Por su movilidad
-Estáticas o cuasi-estacionarias
-Móviles

Hay diez géneros de nubes mutuamente excluyentes entre sí. Sin embargo las especies, variedades y rasgos suplementarios pueden ser compartidos por distintos tipos de nubes.

¿Quieres hacer una nube en casa?

Sólo necesitas una botella de plástico con tapón, un poco de agua caliente y una fósforo. Aquí les dejo un enlace donde encontrarán un video con todos los paso para hacer una nube en casa: http://www.youtube.com/watch?v=E8AvfXar9zs .

Fuente: Museo de la ciencia.http://museodelaciencia.blogspot.com/search?updated-min=2008-01-01T00%3A00%3A00%2B01%3A00&updated-max=2009-01-01T00%3A00%3A00%2B01%3A00&max-results=50

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Astronomía: La Luna: Clave para la vida en la Tierra

Es una de las piezas más gloriosas del teatro natural. Asumiendo que pasas tu vida en la misma parte de la superficie terrestre, lo observarías una vez o -si vives lo suficiente- quizás dos. Pero vale la pena esperar un eclipse total de Sol. En su punto máximo, el Sol y la Luna coinciden tan perfectamente, creando el efecto de "anillo de diamante".



Todo es una increíble coincidencia. El Sol es unas 400 veces más ancho que la Luna, pero también 400 veces más lejos. Así, se ven del mismo tamaño en el cielo, en un evento único entre los ocho planetas y 166 lunas conocidas. La Tierra es también el único planeta del sistema que hospeda vida. ¿Pura coincidencia?
Nuestra luna es diferente. Las muchas lunas de los grandes planetas exteriores -Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno-, se piensa, se habrían originado en uno de dos procesos: de la acreción de un disco de material en el campo gravitatorio del planeta, o a través de la captura gravitacional de pequeños cuerpos. La segunda posibilidad es también sugerida para los dos satélites naturales de Marte, Fobos y Deimos, las otras lunas en el sistema solar interior.
Pero nuestra Luna es relativamente muy grande para el tamaño de la Tierra como para haberse formado sencillamente por alguno de esos dos procesos. Los científicos planetarios creen que puede haber sólo una explicación: en los primeros 100 millones de años del sistema solar, un objeto del tamaño de Marte colisionó con la Tierra. El impacto remodeló radicalmente nuestro planeta, expulsando una enorme cantidad de desechos que finalmente se fusionaron en nuestra desmezurada luna.
Y lo mejor: La Luna ha colaborado con el desarrollo de vida en la Tierra. Nuestro planeta rota sobre su propio eje y tiene una tendencia natural a "bambolearse", debido al variante tirón de otros cuerpos como el Sol. La invisible mano de la gravedad lunar "apaga" gentilmente ese bamboleo, previniendo inestabilidades rotacionales que, de otra forma, habrían causado dramáticos cambios en las zonas climáticas de la Tierra con el tiempo. Esas inestabilidades habrían complicado el surgimiento de la vida en el planeta.


La posición de la Tierra en la "zona habitable" alrededor del Sol, donde el agua líquida es abundante es, sin dudas, el factor más importante en su fecundidad. Pero la presencia de una gran luna habría sido también crucial. Si así fuera, esto tendría importantes consecuencias para la búsqueda de vida en otros planetas.
Desde su creación, la Luna se ha estado alejando de nosotros, actualmente unos 3,8 centímetros por año. Los dinosaurios no veían eclipses como los que podemos ver nosotros:la Luna estaba más cerca hace 200 millones de años, suficientemente como para bloquear enteramente la luz del Sol. De la misma forma, los futuros ocupantes del planeta en un par de cientos de millones de años no verán eclipses ya que la luna aparecerá muy chica.
Nuestra suerte parece resultar de dos coincidiencias de tiempo:la recesión de la luna formada por impacto y la evolución de vida inteligente. Si eres afortunado de ver un eclipse total en tu vida, considera esta intrigante posibilidad: esa gran luna podría ser la razón de que estés allí.
Fuentes y links relacionados